jueves, 14 de julio de 2016

Fiesta de la Federación - Día Nacional de Francia

La Fiesta de la Federación tuvo lugar el 14 de julio de 1790, un año después de la toma de la Bastilla durante la Revolución francesa. 

Los federados desfilaron con sus tambores y sus banderas, en número total de 100 000 incluidos los de París. Los parisinos se situaron sobre los taludes que se habían levantado alrededor de la explanada. Luis XVI se sentó en el pabellón que se había erigido delante de la Escuela Militar. La participación de la gente fue multitudinaria y entusiasta. La misa fue celebrada por Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, quien por entonces era el obispo de Autun. La Fayette, con uniforme de gala, llegó montado en un caballo blanco y subió al estrado. Luis XVI prestó juramento a la Nación y a la ley, la multitud enardecida entonó un Te Deum, y el rey se marchó mientras la multitud se abrazaba entre sí y lanzaba vivas, algunos de ellos dirigidos al propio rey. En otras muchas ciudades, especialmente en Hamburgo (Alemania), se celebró también el aniversario de la toma de la Bastilla. 



El 14 de julio de 1880 se declaró oficialmente día de la fiesta nacional francesa, a petición del diputado Benjamin Raspail. Se eligió la fecha de la festividad no sólo en conmemoración de la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, sino sobre todo en memoria de la Fiesta de la Federación. Para los diputados y los senadores que aprobaron la ley, la primera recordaba una jornada sangrienta, mientras la segunda era una jornada festiva sin que disminuyese, no obstante, la importancia de la primera,

fuente:Wikipedia.org 

La Marsellesa

Marchemos, hijos de la Patria,
ha llegado el día de gloria!
Contra nosotros, la tiranía alza
su sangriento estandarte. (bis)
¿Oís en los campos el bramido
de aquellos feroces soldados?
¡Vienen hasta vuestros mismos brazos
a degollar a vuestros hijos y esposas!

Estribillo
¡A las armas, ciudadanos!
¡Formad vuestros batallones!
¡Marchemos, marchemos!
¡Que una sangre impura
abreve nuestros surcos!

¿Qué pretende esa horda de esclavos,
de traidores, de reyes conjurados?
¿Para quién esas viles cadenas,
esos grilletes de hace tiempo preparados? (bis)

Para nosotros, franceses, ¡ah, qué ultraje!
¡Qué emociones debe suscitar!
¡A nosotros osan intentar
reducirnos a la antigua servidumbre!

¡Cómo, cohortes extranjeras,
harían la ley en nuestros hogares!
¡Cómo, esas falanges mercenarias
derrotarían a nuestros fieros guerreros! (bis)

¡Dios santo! Encadenadas por otras manos,
nuestras frentes se inclinarían bajo el yugo.
Unos déspotas viles serían
los dueños de nuestros destinos.

Temblad, tiranos y pérfidos,
oprobio de todos los partidos
¡temblad! ¡Vuestros planes parricidas
recibirán por fin su merecido! (bis)

Todos son soldados para combatiros,
Si nuestros jóvenes héroes caen,
la tierra produce otros nuevos,
¡listos para luchar contra vosotros!

¡Franceses, magnánimos guerreros,
asestad vuestros golpes o retenedlos!
perdonad a esas víctimas tristes,
que a su pesar se arman contra nosotros. (bis)

¡Pero no a esos déspotas sanguinarios,
esos cómplices de Bouillé,
todos esos tigres que, sin piedad,
desgarran el seno de su madre!


¡Amor sagrado de la Patria,
conduce y sostén nuestros brazos vengadores!
¡Libertad, Libertad amada,
combate con tus defensores! (bis)

¡Que la victoria, a tus voces viriles,
acuda bajo nuestras banderas!
¡Que tus enemigos, al expirar,
vean tu triunfo y nuestra gloria!

Entraremos en la cantera
cuando nuestros mayores ya no estén,
encontraremos sus cenizas
y la huella de sus virtudes. (bis)

Menos celosos de sobrevivirles
que de compartir su tumba,
tendremos el sublime orgullo
de vengarlos o de seguirlos.
 


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