- La alcaldía, en democracia, sólo la puede disponer una persona física elegida por el común de los ciudadanos.
- La perpetuidad en ese puesto es un signo de autarquía, es decir, dictadura.
- El título no parece corresponder ni con el rango de la devoción ni de la imagen, sino que más bien resulta del todo inapropiado.
Desconozco si existe un protocolo local que recoja tal figura pero recuerdo casos cercanos con gran polémica hace bien poco tiempo (por ejemplo la alcaldía perpetua a María Auxiliadora en Morón de la Frontera). A mi entender es del todo inapropiado y sólo es fruto de la necesidad de notabilidad de un grupo de gobierno. Espero que el resto de grupos políticos sean conscientes de esta realidad y valientes.
Fuente:Antonio García Baeza
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